16/9/11

10 Mitos Sobre la Infidelidad

1 La infidelidad es algo puramente sexual

El sexo puede ser una de las razones de la infidelidad, pero rara vez se reduce a eso. El infiel está tratando de llenar una necesidad (de evasión, de emoción, de seducción) o tratando de compensar algo que falta en su relación. La infidelidad puede producirse incluso en parejas satisfechas sexualmente. Son pocos los que buscan solo sexo. Una infidelidad, a veces trae también ternura, complicidad, alguien que los escuche, contacto humano.

2 Las mujeres engañan menos a su pareja que los hombres

Tal vez eso fuera cierto el siglo pasado, pero hoy es solo un cliché misógino. Las estadísticas lo prueban: las mujeres cada vez son más propensas a liberarse de toda presión social para llenar sus necesidades con una cana al aire y, a menudo, sin ningún sentimiento de culpa.

3 Si él (ella) puede engañarte es que ya no te ama

Dejemos de poner a la infidelidad como lo opuesto al amor. Tal vez en algunos casos, sea un síntoma del desamor, pero, en la mayoría de los casos, los infieles siguen amando a su cónyuge, pero buscan llenar otras necesidades con la infidelidad (ver punto uno). El infiel rara vez quiere dejar a su pareja y a veces hasta necesita de la experiencia de la infidelidad para seguir apreciando su vida cotidiana y amar a su cónyuge. Téngalo muy claro: una aventura extraconyugal no cuestiona la relación de pareja.

4 Si es infiel una vez, será infiel el resto de su vida

Es una manera muy simple de verlo porque cada persona es diferente . Ser infiel puede ser un episodio aislado para uno, pero, para otro, una especie de hobby. Pero nada indica que un infiel esté destinado a serlo una y otra vez, y la reincidencia a menudo depende más de cómo la pareja reaccione a la infidelidad que de la “predisposición” del infiel.

5 Si eres honesto, será mejor que confieses tu infidelidad

Ningún caso de infidelidad se ha resuelto al confesarla. Cada persona conoce bien a su pareja y sabe las consecuencias que tendrá la infidelidad en la relación. No tiene sentido confesar –y causar un trauma tal vez irreparable– solo para aliviar la conciencia. Salvo que la pareja ya tenga todas las pruebas del engaño, paso en el que negarlo ya no servirá de nada.

6 Una infidelidad destruye el matrimonio sin remedio

Ocurre, pero en la mayoría de los casos no solo no lo destruye, sino que ayuda a salvarlo, sobre todo si se corrigen los errores y se reinventa la relación. Si usted se esfuerza por hacer feliz al infiel, éste verá que no necesita buscar la felicidad en otro lado. Además, en la comparación puede notar que la hierba no siempre es más verde en otro lugar. Hasta hay quienes dicen que cónyuge y amante pueden ser complementarios...

7 Condeno a los infieles porque yo nunca lo seré

Nadie está a salvo de un encuentro inesperado, el regreso de una persona que nunca fue olvidada o un período difícil en el que se busca consuelo... Ser consciente de su propia vulnerabilidad le ayudará a ponerse en el lugar del otro. Y aprender a perdonar.

8 Cuando uno ama, no mira a nadie más

El cerebro es el principal órgano sexual del hombre y las fantasías sexuales son parte de la vida cotidiana. Tener una relación no debe castrarnos de la capacidad de admirar a otra persona o de tener ganas de gustar o sentirse deseado. Darse ese derecho será una válvula justamente para evitar la infidelidad. ¿No es un hecho natural que alguien que se sienta preso quiera huir de la prisión?

9 Ser infiel significa que se es infeliz con la pareja

No es necesario ser infeliz para sentir que algo nos falta. Nuestra vida puede gustarnos completamente, pero le puede faltar simplemente algo de picante, algo nuevo. Si una persona se siente miserable e infeliz en su relación, no sería infiel: terminaría de inmediato con su matrimonio. Salvo un masoquista, claro.

10 El engañado dejará de todos modos al infiel

En todas las encuestas sobre el tema, la mayor parte de las personas maduras se siente predispuesta a perdonar al infiel, siempre y cuando sienta que el engaño no volverá a repetirse. Es más, suele darse el caso de gente que se aferra más al cónyuge infiel por un instinto de territorialidad.

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