Un matrimonio asegura que un OVNI descendió cerca de su casa y dejó dos grandes huellas circulares en el césped, en la localidad santafesina de Arroyo Leyes, cerca de la ciudad de Santa Fe.
Según indicaron Néstor Rivoira y su esposa, Sara Fernández, recién verificaron las huellas del supuesto descenso del objeto volador dos días después de ocurrido.
Los dueños de la casa, situada cerca de un arroyo, indicaron, en declaraciones al diario Uno, que en la madrugada en la que la nave aterrizó y escucharon un ruido “similar al que hace un lanzallamas” y no se atrevieron ni siquiera a mirar por la ventana.
"Un estruendo muy fuerte nos despertó, intenté levantarme de la cama para ver qué ocurría, pero algo hizo que no me pudiera mover", recordó el hombre.
La mujer indicó que también oyó y sintió lo mismo que su esposo, mientras que sólo uno de los ocho perros que hay en la casa ladraba.
Sin embargo, el animal parecía muy quieto y asustado, y nunca intentó saltar la reja, como lo hace habitualmente, para verificar lo que pasaba cerca del arroyo.
Recién dos días más tarde decidieron acercarse al arroyo. Allí encontraron dos curiosas huellas circulares, de unos tres metros de diámetro.
"Primero pensamos que podían haber sido las marcas de un cuatriciclo, ya que hay muchos en la zona, pero lo descartamos después porque no eran huellas, sino algo hecho con un instrumento que irradia calor, porque si uno lo ve de cerca, en las circunferencias no hay vegetación, sólo tierra reseca, muerta, diferente a lo que podemos observar alrededor", dijo Rivoira.
Las marcas tienen tres centímetros de profundidad y la vegetación que se encuentra alrededor quedó totalmente quemada.
"Cuando vimos las marcas y pensamos en extraterrestres, tuvimos miedo de decirlo por temor a que creyeran que estábamos locos", expresó la mujer, quien indicó que al mostrar las huellas a los vecinos, se produjo un gran revuelo en la localidad de unos dos mil habitantes.
Según indicaron Néstor Rivoira y su esposa, Sara Fernández, recién verificaron las huellas del supuesto descenso del objeto volador dos días después de ocurrido.
Los dueños de la casa, situada cerca de un arroyo, indicaron, en declaraciones al diario Uno, que en la madrugada en la que la nave aterrizó y escucharon un ruido “similar al que hace un lanzallamas” y no se atrevieron ni siquiera a mirar por la ventana.
"Un estruendo muy fuerte nos despertó, intenté levantarme de la cama para ver qué ocurría, pero algo hizo que no me pudiera mover", recordó el hombre.
La mujer indicó que también oyó y sintió lo mismo que su esposo, mientras que sólo uno de los ocho perros que hay en la casa ladraba.
Sin embargo, el animal parecía muy quieto y asustado, y nunca intentó saltar la reja, como lo hace habitualmente, para verificar lo que pasaba cerca del arroyo.
Recién dos días más tarde decidieron acercarse al arroyo. Allí encontraron dos curiosas huellas circulares, de unos tres metros de diámetro.
"Primero pensamos que podían haber sido las marcas de un cuatriciclo, ya que hay muchos en la zona, pero lo descartamos después porque no eran huellas, sino algo hecho con un instrumento que irradia calor, porque si uno lo ve de cerca, en las circunferencias no hay vegetación, sólo tierra reseca, muerta, diferente a lo que podemos observar alrededor", dijo Rivoira.
Las marcas tienen tres centímetros de profundidad y la vegetación que se encuentra alrededor quedó totalmente quemada.
"Cuando vimos las marcas y pensamos en extraterrestres, tuvimos miedo de decirlo por temor a que creyeran que estábamos locos", expresó la mujer, quien indicó que al mostrar las huellas a los vecinos, se produjo un gran revuelo en la localidad de unos dos mil habitantes.
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