Pasaron 120 años desde la noche en que Jack el Destripador cometió su primer crimen. La víctima se llamaba Mary Ann Nichols, tenía 43 años y trabajaba como prostituta ocasional. La encontraron en plena calle degollada, sin varios de sus órganos internos, como el útero y los riñones. La bruma británica cubrió su huída.
En la misma forma, con una precisión quirúrgica para extraer partes de los cadáveres, aparecieron sus otras cuatro víctimas, motivo que llevó a los investigadores a pensar que se trataba de un cirujano, un carnicero u otra persona con conocimientos de anatomía.
Toda la sociedad inglesa estaba en pánico por los crímenes que se cometían en Whitechapel, ese empobrecido suburbio al este de Londres. Nunca su supo quién era y tal vez ese sea el motivo que lleve a que su leyenda siga aún viva.
En España, una editorial publicará una amplia selección de las cartas supuestamente escritas por el célebre asesino. Javier Terrisse es el autor de esta "Obra selecta", que incluye una veintena de cartas relacionadas con el caso y reconstruye con detalle los diferentes crímenes atribuidos al misterioso asesino.
En el libro Terrisse y el escritor Gonzalo Torné -que se ha encargado de los aspectos literarios- han tratado de reproducir la atmósfera que envolvió los crímenes, las luchas internas de la policía y sus métodos, los informes forenses, las vidas de las prostitutas asesinadas y el ambiente de Londres.
Cartas escritas con sangre
La gran mayoría de las cartas se escribieron durante el otoño de 1888 e iban destinadas a la Agencia Central de Noticias, la Policía Metropolitana, la sede central de Scotland Yard, varios periódicos y al Hospital de Londres de Whitechapel.
Están escritas con diversos fluidos (tinta, sangre, algo parecido a la clara de un huevo) y diferentes caligrafías, y van firmadas, la mayoría, por Jack The Ripper (el Destripador).
La única que ofrece pocas dudas sobre su autenticidad es la que comienza con su supuesto lugar de escritura, "From hell" (Desde el infierno), porque llegó en un paquete junto con la mitad de un riñón que luego se identificó "casi con total seguridad" como el de Catharine Eddowes, asesinada el 30 de septiembre.
En esa carta dice: “Señor Lusk, le envío la mitad de un riñón que tomé de una mujer y que he conservado para usted. La otra parte la freí y me la comí, estuvo muy rica. Puedo enviarle el cuchillo ensangrentado con que lo extraje, si usted espera un poco. Firmado: Atrápeme si puede, señor Lusk”.
Los "ripperólogos" tradicionales no dan demasiada importancia a estas cartas, pero Terrisse y Torné creen que tienen "un valor incalculable" para profundizar en el caso y son "nuestros únicos caminos hacia la realidad del pasado".
Jack el Destripador fue "un maestro de la ocultación" y por eso "hay cientos de hipótesis flotando por ahí", asegura Torné, quien, al igual que Terrisse, confía en que "el caso podrá resolverse" algún día.
10/5/08
Publican Cartas De Jack El Destripador
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