Después de ser caracterizadas eternamente como uno de los conjuntos más cooperativos de los insectos, un grupo de investigadores descubrieron que las hormigas también pueden ser corruptas.
Lejos de parecerse a la caricatura que realizó Dream Works, las hormigas resultaron tener un tipo de gen que potencia las posibilidades de reinar de determinadas larvas.
La explicación anterior, se basaba en una teoría que advertía el surgimiento de la “reina” en función con los nutrientes recibidos en su estado larval pero que, en una primera instancia, todas tenían posibilidad de reinar.
Sin embargo, la Facultad de Ciencias Biológicas de la Universidad de Leeds realizó un experimento de ADN a cinco colonias de hormigas y pudo refutar la hipótesis inicial. Al parecer, existiría un esperma superior, denominado “gen real”, que condicionaría el desarrollo de la larva y su futuro rol en la colonia.
“El punto más importante de nuestro descubrimiento es que las crías que tienen los tipos genéticos reales tienen más probabilidad de convertirse en reinas”, sintetiza para Clarínel doctor William Hughes, director del proyecto.
Por otra parte, el especialista continúa y denuncia: “De modo que la existencia de estos tipos de 'genes de realeza' está estafando a esa estructura social, basada en una supuesta igualdad de condiciones”.
Hecha la ley, hecha la trampa. El estudio también puedo demostrar que los machos portadores del “esperma de realeza”, hacen un operativo extraño para evitar quedar en evidencia frente al resto de la colonia. Al parecer, diseminan el gen en distintas colonias para que no se note la ventaja dentro de la colonia y, de ese modo, continuar con la sensación de que todos tienen igualdad de condiciones.
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