Casi todos solemos comer algo que cae mal en la época de Fiestas. Pero a Charlie, un cachorrito Yorkshire, se le fue la mano: ingirió nada menos que un adorno luminoso
Charlie, un pequeño Yorkshire, no pasó demasiado bien la Navidad: se comió un adorno navideño que se le quedó en la garganta.
Varios medios internacionales cuentan que la dueña del pequeño can lo llevó a un hospital cuando se dio cuenta que le costaba mucho respirar.
El veterinario que le salvó la vida sostuvo: “lo último que esperaba ver en el rayo X era una estrella brillando”.
“Durante mi carrera vi cosas muy extrañas pero, por lejos, está es la peor de todas. Charlie tiene mucha suerte”, aseguró.
Fuente: Infobae
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