El animal estaba cautivo en un monasterio, en donde era maltratado por sus dueños y los visitantes. Una ONG luchó por su liberación
El oso Martinica, que vivía en condiciones impropias en el monasterio ortodoxo de Cotmeana (Arges), convertido en atractivo turístico por fumar y beber cerveza ofrecida por los visitantes, fue salvado por los protectores de animales de la Asociación Millones de Amigos (Milioane de Prieteni).
La presidenta de esta asociación, Cristina Lapis, relató al diario Adevarul que el oso fue mantenido en cautiverio durante cuatro años por los monjes y que su estado era "terrible".
"El animal estaba encerrado en una jaula de varios metros cuadrados y cuando llovía yacía en el barro", subrayó Lapis.
La activista sostiene que se le enseñó a Martinica a beber cerveza y a fumar por los turistas que se divertían así ante las miradas indiferentes de los servidores de la Iglesia, contentos de que el oso atrajera visitantes.
Tras un primer intento fracasado de liberar el plantígrado a causa de la oposición de los monjes, los miembros de la Asociación Millones de amigos, con la ayuda de la Guardia del Medio Ambiente de Arges, lograron llevarse el animal.
Martinica está ahora en la reserva Libearty de Zarnesti, en los Cárpatos Meridionales junto con otros 29 osos, donde fue castrado, operación filmada por la cadena Animal Planet.
Cristina Lapis sostiene que el "pobre animal" fue así "salvado", aunque se desconoce la opinión de Martinica sobre el camino de su redención, de fumador y bebedor a castrado.
El oso Martinica, que vivía en condiciones impropias en el monasterio ortodoxo de Cotmeana (Arges), convertido en atractivo turístico por fumar y beber cerveza ofrecida por los visitantes, fue salvado por los protectores de animales de la Asociación Millones de Amigos (Milioane de Prieteni).
La presidenta de esta asociación, Cristina Lapis, relató al diario Adevarul que el oso fue mantenido en cautiverio durante cuatro años por los monjes y que su estado era "terrible".
"El animal estaba encerrado en una jaula de varios metros cuadrados y cuando llovía yacía en el barro", subrayó Lapis.
La activista sostiene que se le enseñó a Martinica a beber cerveza y a fumar por los turistas que se divertían así ante las miradas indiferentes de los servidores de la Iglesia, contentos de que el oso atrajera visitantes.
Tras un primer intento fracasado de liberar el plantígrado a causa de la oposición de los monjes, los miembros de la Asociación Millones de amigos, con la ayuda de la Guardia del Medio Ambiente de Arges, lograron llevarse el animal.
Martinica está ahora en la reserva Libearty de Zarnesti, en los Cárpatos Meridionales junto con otros 29 osos, donde fue castrado, operación filmada por la cadena Animal Planet.
Cristina Lapis sostiene que el "pobre animal" fue así "salvado", aunque se desconoce la opinión de Martinica sobre el camino de su redención, de fumador y bebedor a castrado.
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